El presupuesto participativo no obedece a una definición tipo en la medida en que se trata de un concepto que varía considerablemente de un contexto a otro. No obstante, de manera general, un presupuesto participativo es “un mecanismo (o un proceso) por el que las poblaciones deciden sobre la asignación de toda o una parte de los recursos públicos disponibles o son asociados a decisiones relativas a esta asignación”.

Ubiratan de Souza, uno de los principales responsables de los presupuestos participativos a Porto Alegre (Brasil) propone una definición más precisa y teórica que se puede aplicar  a una buena parte de los casos en Brasil: “el presupuesto participativo es un proceso de democracia directa, voluntaria y universal, por la que las poblaciones pueden debatir y decidir los presupuestos y las políticas públicas. Lejos de limitarse a la elección de quienes detentan el poder ejecutivo y legislativo, la participación de la ciudadanía toma la forma de decisiones sobre las prioridades sobre las prioridades y gastos y de control de la gestión de los poderes públicos. El ciudadano deja de ser un mero espectador (faiseur de roi/ enabler of tradicional politics) para convertirse en un protagonista permanente de la administración pública. El BP asocia la democracia directa a la democracia representativa, ventaja que debe ser preservada y valorada. De hecho, el presupuesto participativo es una forma de democracia participativa, en otros términos, es un conjunto de elementos de la democracia directa o semi-directa y de la democracia representativa.

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